Crónica de una universidad en crisis, y un mensaje de esperanza… 

"Los Almagro piden paz

los Pizarro guerra, guerra

entre ellos todos morirán

y otro mandará la Tierra"

(copla anónima)

¿Qué están haciendo con mi Universidad? , probablemente ya te has planteado esa pregunta. En estas líneas, impregnadas de impotencia, desazón y melancolía. Más que un análisis, pretendo hacer llegar al lector el sentimiento de un estudiante preocupado, mucho más que por una firma inscrita en un registro, por un conflicto que parece de nunca acabar; por no poder ayudar con otra cosa más que escribir un par de palabras contra esta vorágine. Impotencia, rabia y frustración de no poder solucionar por cuenta propia este conflicto que sólo empaña y ennegrece la imagen de lo que se ha convertido en mi casa, mi Universidad.

Jamás la Universidad ha sido un jardín de rosas, pero esta crisis es mucho más que preocupante, matones cual milicias (no me importa de qué bando), pintas malhadadas, movidas políticas perniciosas, candidatos al acecho y una universidad al borde del colapso ¿En que momento nuestra Universidad dejó de ser nuestra?

Mi universidad está en Guerra, mi universidad es un campo de batalla, está siendo bombardeada, y los estudiantes somos las víctimas, pero no las únicas, víctima es también la sociedad que ve vulnerado el recinto universitario que debería ser el foco de la producción y la innovación, el desarrollo y la ciencia; víctima es también el ciudadano de a pie, ese que paga sus impuestos para que nosotros estudiemos, ese el cual probablemente sus hijos no tengan el privilegio de estudiar en una universidad pública, pero nos concede a nosotros, a unos pocos el inmenso placer de pertenecer a esta institución que nos ha acogido y que ahora nos identifica y duele tanto. Me duele la Universidad.

Y cuando pienso que todo está perdido me despierta el impulso de cambiar lo dicho anteriormente, de revertir aquello que parece irreversible; ¿Y si nos ponemos la universidad a hombro y la sacamos adelante? Seamos esa juventud optimista que con acciones convierte sueños en realidades, pensemos que se puede, que sí se puede, salgamos un poco de nuestra zona de confort, alimentemos la idea de que podemos joderlos tanto que la presión sea insoportable, nosotros no tenemos armas, pero tenemos ideas, nosotros no pintamos paredes pero podemos pintar una realidad distinta, podemos pintar la Pedro de esperanza, no somos matones, pero podemos ir asesinando la idea de que la universidad es de unos cuantos, de unos pocos, de unos tontos.

Hagámoslo, hagámoslo juntos, hagámoslo todos, tú, yo, recuperemos lo que es nuestro, que ellos sepan que la Pedro no está sola, que somos los estudiantes la fuerza motora de esta universidad, que somos nosotros quienes estamos dispuestos a defenderla de quien sea y lo que sea.

Este lunes yo marcho, yo marcho por una universidad más digna, yo marcho por mis sueños por los tuyos, por los de mis hermanos, por la esperanza, porque me siento bien haciéndolo, porque mi universidad se lo merece.

Saquemos a nuestra universidad de este pandemonio encarnizado que socava los cimientos de la educación universitaria, acompáñame y hagamos de esta una reivindicación de la Universidad, hagámosle sentir a todo el mundo que pase lo que pase la Pedro es la Pedro, y por encima de todo, se respeta.

Salvemos la Pedro.

Roger Santa Cruz