#ElPerúQueQueremos

En un país con elevado ausentismo y volatilidad electoral, el voto nulo, viciado o en blanco puede resultar fatal

El voto de Castigo

¿A quien le Favorece tu voto nulo, viciado o en blanco?

Publicado: 2016-01-16


De ser futuro politólogo me gustan muchas cosas. Las consultas constantes de temas coyunturales, políticos, de la gente son siempre bienvenidas, y aunque repetitivas, satisfactorias. Tras numerosos cuestionamientos sobre el tema, y debates algo fuera de lugar, es menester explicar de qué se trata este mecanismo y cómo influye esta conducta electoral en los resultados del sufragio.

Mucha gente piensa que anulando, viciando, o votando en blanco, está obrando conscientemente y en favor de su patria. ¿El argumento? Casi siempre el mismo: “Todos son unos corruptos” (Afirmación que no vamos a desmentir (al menos no ahora)). Y después de escribir un par de insultos, rayar por completo la cédula entera, o simplemente abstenerse de cualquiera de estos actos, doblar su cédula de sufragio, y depositarla en el ánfora de votación marchan con premura a casa, felices de haber cumplido con su deber ciudadano, satisfechos de haberle dicho al candidato (al menos escrito en la cédula) sus 4 verdades, o simplemente representar mediante esto, un acto de rebeldía, un acto de cansancio y repudio hacia la clase política, o porque simplemente ninguno de los candidatos les satisface, una tendencia política que ya no causa sorpresa entre el ciudadano de a pie: EL VOTO DE CASTIGO.

Ahora bien, veamos que nos dice la ley orgánica de elecciones acerca de esta situación:

Artículo 314º.- Para el cómputo del sufragio no se toman en cuenta los votos nulos ni los votos en blanco.

Sí, amiguito, así como lo leíste, en el Perú, tu voto viciado no cuenta, no es computable, no sirve. Corrección, sí sirve, le sirve al candidato de arriba, le sirve a aquel que paradójica y probablemente le dedicaste un par de líneas en tu cédula de votación, a ese beneficias.

Pero vamos a hacer un ejercicio más práctico, más simple, imagínate que somos 22 personas, y tú y yo postulamos a la presidencia, junto a otros 3 candidatos. De las 22 personas que participan 2 se enfermaron el día de las elecciones y no pudieron ir a votar. Nos quedan 20. De las 20, 2 anulan su voto, 1 vota en blanco y 1 lo vicia, vamos 16. Como sabrás, las elecciones las gana el candidato que obtenga el 50% más 1 de los votos válidos. Pero inicialmente los votos válidos eran 22, razón por la cual necesitábamos de 12 votos para ganar la elección. Bien, ahora tenemos 16 votos válidos, de los cuales sólo necesitaremos 9, para ganar la elección. Fabuloso, nos han sido de gran ayuda 3 votos menos con los que lidiar, perfecto, ahora multiplícalo por un millón, exacto 3 millones.

En el Perú la población electoral asciende a 21 millones, 301 mil, 881 votantes (Según las últimas elecciones municipales y regionales del 2014-RENIEC), una cifra redondeada para hacer más didáctico el ejemplo anterior. 3 votos parecían una nimiedad, e irrisorios, pero ¿3 millones no son poca cosa verdad? Estos en un país donde los índices de ausentismo y volatilidad electoral son elevados, sólo pueden generar resultados electorales que probablemente, o no se condicen con la voluntad del elector, o alivianan el universo electoral, o simplemente generan más de lo mismo. ¿Quieres eso para tu país?

Bueno, ahora que lo sabes, infórmate sobre todos los candidatos, no votes en blanco, no vicies ni anules tu voto, siembra un árbol.

Roger Santa Cruz


Escrito por


Publicado en

pollitólogo

Blog Personal